Pie Cavo

El pie cavo es aquel que tiene un exceso de bóveda plantar, causando sobrecargas en la parte anterior y posterior del pie, además de estar generalmente asociado a dedos en garra y desviaciones del retropié en varo (hacia dentro).

Preguntas Frecuentes

¿Qué son?

El pie cavo es una deformidad en la que se aumenta la bóveda plantar debido a diferentes causas (idiopático, osteoarticulares, neuromusculares, enfermedades sistémicas, etc). El pie cavo puede ser asintomático y tolerarse perfectamente durante muchos años, pero esta deformidad produce alteraciones de la marcha que, en ocasiones, causan dolor tanto a nivel anterior (metatarsalgias), posterior (talalgias) como en la zona lateral del pie (por la inversión que suelen asociar). Otros problemas frecuentemente asociados al pie cavo es la facilidad para sufrir esguinces del ligamento lateral del tobillo, debido a las alteraciones asociadas en el eje del talón, o la garra generalizada de los dedos de los pies.

¿Tratamiento?

El tratamiento conservador del pie cavo consiste en mejorar la transmisión de las fuerzas al suelo, mediante plantillas hechas a medida que contrarresten la deformidad que se produce en el pie. Además, otras medidas como los estiramientos, los antiinflamatorios o analgésicos ocasionales, la fisioterapia o la pérdida de peso… pueden ayudar a controlar los síntomas.

El tratamiento conservador del pie cavo consiste en mejorar la transmisión de las fuerzas al suelo, mediante plantillas hechas a medida que contrarresten la deformidad que se produce en el pie. Además, otras medidas como los estiramientos, los antiinflamatorios o analgésicos ocasionales, la fisioterapia o la pérdida de peso… pueden ayudar a controlar los síntomas.

¿Cuándo Operar?

Cuando no es posible controlar el dolor y la limitación de la marcha, es necesario intervenir quirúrgicamente para corregir la deformidad, mejorar el patrón de marcha y disminuir la sintomatología dolorosa. Existen diferentes técnicas quirúrgicas en función de la severidad del pie cavo y de la rigidez que tenga el pie, pudiendo ser necesario actuar sobre la parte anterior del pie (elevando metatarsianos, por ejemplo), o sobre el retropié (mejorando el eje mediante osteotomías en calcáneo). Además, puede ser necesario realizar gestos asociados, como cirugía de la inestabilidad de ligamento lateral del tobillo o cirugía de la garra de los dedos. En ocasiones la desviación del eje del talón asociada al pie cavo causa una degeneración de la articulación del tobillo, pudiendo ser necesario incluso actuar a nivel de la tibia para mejorar el eje de carga. 

La decisión de elegir una u otra técnica depende de diferentes factores que valorará su traumatólogo