Esguinces de Tobillo

Un esguince es una elongación, rotura parcial o rotura completa de uno o de varios de los ligamentos que estabilizan el tobillo.

¿Qué son?

Un esguince es una elongación, rotura parcial o rotura completa de uno o de varios de los ligamentos que estabilizan el tobillo. Generalmente se producen al torcerse el tobillo hacia dentro (inversión), causándose una rotura en mayor o menor medida de los ligamentos laterales del tobillo. Inicialmente aparece una inflamación asociada a intenso dolor e incapacidad funcional, e incluso hematomas, que progresivamente irán desapareciendo con el tiempo. 

¿Tratamiento?

En la fase inicial son de utilidad el reposo, la elevación de la extremidad afectada, la aplicación de frío local y los antiinflamatorios tópicos y, en ocasiones, vía oral. Un buen tratamiento fisioterápico ayudará a recuperar la función y la actividad del tobillo en la mayoría de las ocasiones, si bien es posible que algún esguince se convierta en una inestabilidad crónica de tobillo, con mucha facilidad para nuevos esguinces recurrentes, que precise tratamiento quirúrgico.

¿Cuándo operar?

Los esguinces repetidos y la sensación de inestabilidad es indicación de que los ligamentos del tobillo no son competentes, no realizan su función. Una inestabilidad crónica causa dolor, inseguridad para la marcha en terrenos irregulares, facilidad para nuevos esguinces y, a la larga, derivará en una artrosis (una degeneración) del tobillo. La reinserción artroscópica de los ligamentos rotos es la técnica de elección en la mayoría de las ocasiones, aunque en ocasiones puede ser necesario reforzar la sutura con fibras sintéticas o incluso realizar una plastia del ligamento afectado.

La decisión de elegir una u otra técnica depende de diferentes factores que se valorarán en consulta, siendo el objetivo final devolver la estabilidad al tobillo para permitir la reincorporación a la actividad deportiva y disminuir las posibilidades de degeneración de la articulación del tobillo.