La artrosis de tobillo es la degeneración de la articulación del tobillo. Generalmente se produce de forma secundaria, como consecuencia de fracturas previas, alteraciones del eje de las extremidades o una inestabilidad crónica del tobillo. Otras causas como alteraciones reumáticas o hematológicas, como la hemofilia, pueden causar progresivamente una destrucción de la articulación.
Esta progresiva destrucción causa rigidez y dolor, incapacitándonos inicialmente para las actividades deportivas e incluso para caminar, en estadios avanzados.
Los analgésicos o las infiltraciones intraarticulares pueden aliviar el dolor asociado a la artrosis de tobillo. Las infiltraciones intraarticulares de corticoides, ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas (PRP) han demostrado su utilidad en el control del dolor y la mejora de la función. Los tratamientos fisioterápicos también pueden colaborar en el tratamiento, mejorando la rigidez articular asociada.
Cuando nuestra calidad de vida se ve afectada y hemos agotado el tratamiento conservador es el momento de intervenir. Existen diferentes técnicas quirúrgicas disponibles para el tratamiento de la artrosis de tobillo.
Existen técnicas en las que preservamos la articulación, como las artroscopias, las osteotomías (cortes en el hueso) o las prótesis de tobillo, y otras en las que se sacrifica la articulación, como las artrodesis (fusión ósea de la articulación). La artroscopia consiste en introducir de forma mínimamente invasiva una cámara de fibra óptica en la articulación del tobillo para limpiar la articulación y tratar problemas asociados, como las inestabilidades. Si existe una artrosis asimétrica, sólo en un lado de la articulación, una osteotomía (corte en el hueso) que transmita las cargas a la parte más sana podría estar indicada. La prótesis de tobillo mantiene la movilidad del tobillo y en la actualidad existen tasas de supervivencia del implante del 75-90% a los 10 años. La artrodesis inmoviliza la articulación dañada permitiendo una deambulación libre de dolor, siendo el tratamiento de elección de muchos de los casos.
La decisión de elegir una u otra técnica depende de diferentes factores que se valorarán en consulta, siendo el objetivo final corregir la deformidad, aliviar el dolor y mejorar la función del tobillo.