PRP son las siglas de plasma rico en plaquetas. Las inyecciones de PRP consisten en una técnica de infiltración en la que previamente aislamos una fracción plaquetaria de nuestra sangre para posteriormente realizar la infiltración en el tejido dañado. Esto se realiza porque las plaquetas son muy ricas en factores de crecimiento, que se aíslan y se infiltran en tejidos dañados para estimular y acelerar la cicatrización de los mismos. Están especialmente indicadas en lesiones musculares y tendinosas, además de en artrosis leves y moderadas, con un gran potencial analgésico asociado. El objetivo de las infiltraciones de PRP consiste en disminuir el dolor, recuperar la limitación funcional, acelerar el proceso de regeneración y disminuir la necesidad de tratamientos más agresivos.
Lesiones en las que se utiliza con éxito son epicondilitis, tendinopatías de Aquiles, tendinopatías del supraespinoso, fascitis plantares, entesopatías y tendinitis de tendones de tracción (cuadricipital, rotuliano y aquíleo), artrosis de rodilla, cadera o tobillo, etc.
No es preciso tener ninguna preparación en especial. El proceso dura unos 45 minutos, en los que el paciente tendrá una sala reservada para su comodidad y la de sus acompañantes. Se obtiene la sangre y se introduce en un tubo especial que contiene una serie de filtros que nos permiten aislar de forma clara y precisa el plasma, las plaquetas y los hematíes. Posteriormente se extrae la fracción plaquetaria y se infiltra en el lugar de la lesión, usando el ecógrafo en las situaciones en las que sea preciso.
No es preciso tener ningún cuidado en especial, salvo la higiene del punto de punción. También es recomendable no tomar antiinflamatorios en las siguientes dos semanas a la punción, para no entorpecer la labor de los factores de crecimiento. En caso de tener molestias en la zona de punción, se recomienda el uso de analgésicos como el paracetamol o el metamizol.
Las inyecciones de PRP están contraindicadas en pacientes con enfermedades de transmisión sanguínea (VIH, hepatitis activas…), pacientes con plaquetopenia (cantidad insuficiente de plaquetas), pacientes inmunodeprimidos y pacientes con un tumor activo.
Es frecuente que el proceso biológico que se activa cuando se inyecta PRP en una zona lesionada tarde en comenzar a hacer su efecto. Los pacientes suelen comenzar a notar mejoría alrededor de las 4-6 semanas, aunque algunos pacientes notan los resultados antes, y algunos no notan ningún tipo de beneficio.